El músico escocés se presentará el domingo en el Teatro Auditorium en el marco de "Agenda Piazzolla 25 años". La entrada es libre y gratuita.
En honor a la figura del maestro Astor Piazzolla, el escocés James Crabb llega a Mar del Plata para presentarse el domingo 5 en la Sala Payró del Teatro Auditorium, a partir de las 20.30, en el marco del ciclo “Agenda Piazzolla 25 años“, con acceso gratuito. Los interesados en asistir podrán retirar las invitaciones en la boletería del centro cultural.
Para el concierto de cámara, Crabb estará acompañado por César Rago, Marina Arreseigor, Ismael Grossman y Julián Vat.
“El mayor desafío es tocar con músicos independientes que no conozco. Lo importante, cada vez que me pasa esto cuando giro por el mundo, es ver que haya músicos con hambre de tocar, de aprender, de intercambiar en el escenario. Aquí me resultó muy fácil de encontrar”, dijo Crabb en diálogo con la agencia de noticias Télam.
“No todo Piazzolla es ‘Libertango’. Hay mucho más y queremos dar ese mensaje. Por eso vamos a tocar obras que en si mismas son muy exigentes. Que necesitan un tiempo para ser apreciadas y me parece que es algo que, con estos músicos y en este plan, vamos a poder conseguir”, se entusiasmó.
La presencia del escocés forma parte del “Concepto Piazzolla 25” en homenaje al bandoneonista marplatense, que murió el 4 de julio de 1992.
– ¿Qué desafíos particulares supone asumir la obra de Piazzolla desde un instrumento como el acordeón, que tiene características específicas y que además es de la misma familia que el bandoneón?
– Yo toco el bandoneón clásico, así que, al igual que el bandoneón, puedo desarrollar las melodías con cualquiera de la manos. Pero en la música de Piazzolla el aspecto instrumental no es lo central. Ese lugar lo ocupa lo estilístico. Con su música hay que improvisar y expresarte libremente. Lo importante no es lo que está escrito en el pentagrama sino la libertad que hay entre nota y nota.
– De todas las dimensiones de la obra de Piazzolla, como compositor, arreglador, director, instrumentista, ¿Cuál fue la que influyó más en su vocación por el estudio de su música?
– Lo que más me interesa de él es cómo fusionó elementos de la música clásica con la tradición del tango y las armonías del jazz. Todo eso le da al músico una capacidad para improvisar. Yo, desde mi instrumento, le puedo dar un color propio. Nunca trato de imitar lo que él busca con el bandoneón.
El tango tuvo mucho éxito en Europa en el período de entreguerras. Era visto como algo exótico y a la vez, con sus melodías en tonos menores, interpretaba el clima y el espíritu de una época.
Las melodías, sumadas a la seducción de la danza, al aspecto rítmico y las armonías del jazz, todo eso junto crea una combinación que es muy contundente. A veces esos tangos en tonalidades menores pasan a mayores y esos cambios te hacen ingresar en un estado casi neurótico. Piazzolla también tenía eso y eso para un extranjero es de una atracción inmediata.
Cabe destacar que el evento cuenta con el apoyo del Ministerio de Gestión Cultural de la Provincia de Buenos Aires, el British Council y la Usina del Arte.